Me enamore. Me pasa a menudo, tampoco es algo para llevarnos
una sorpresa. Esta vez me he enamorado de un sitio, un rinconcito que hemos
encontrado los hobbits y yo en una ruta que hicimos un domingo. Vamos tampoco
es que hayamos descubierto algo muy oculto, ya que esta a la vista de todos y
bien cerquita de la ciudad.
La ruta en cuestión es la vía verde de la Camocha, tenía mis
dudas ya que pasa por debajo de carreteras y autopistas y bordea polígonos industriales,
no tenía claro si era lo que yo buscaba, ya que me apetecía naturaleza y oye,
fue una grata sorpresa. Quitando ciertos tramos muy pequeños no te da la
sensación de que estés tan cerca de ciudad como en realidad estas.
El camino está completamente asfaltado, con lo que si llovió
el día anterior no te empaparas los pies, que eso viviendo en el norte siempre está
bien. De lo que más me gusto es que alrededor de la senda la vegetación en su
gran mayoría es toda autóctona.
Poco antes de la mitad de la ruta está este pequeño rincón del
cual me enamore, tiene las dos mesas que veis en la foto, al fondo un banquito
que por un lao está pegado a una fuente y por el otro a un camino que quedamos
en explorarlo el próximo día, ya que tiene buena pinta. Además para hacerlo más
guapo pasa un riachuelillo muy pequeño. Soy muy repetitiva pero el lugar era
una maravilla, pasamos ahí media hora, mientras ellos miraban setas, intentaban
hacer flotar hojas y buscaban algún bicho.
Al final de la ruta vas a los pies del Picu´l Sol e iras viendo como te vas aproximando a la mina.
En resumidas cuentas la ruta es una maravilla, muy sencilla ya que es totalmente llana, ideal para hacer con niños tanto andando como en bici. En las dos zonas donde hay mesas también hay un sitio para aparcar las bicis.
En resumidas cuentas la ruta es una maravilla, muy sencilla ya que es totalmente llana, ideal para hacer con niños tanto andando como en bici. En las dos zonas donde hay mesas también hay un sitio para aparcar las bicis.